Lecturas: Cuando muere un ruiseñor


Los dramas épicos no son lo mío, sin embargo, mientras ojeaba el blog de Ediciones Babylon no perdí detalle de la siguiente noticia: 



Nina R, autora de Cuando Muere un Ruiseñor, realizará la presentación de su libro en la Semana Negra de Gijón.  

Acudo todos los años a este evento literario -el único que me queda cerca- y no pensaba perderme esta presentación. Y así lo hice, fui, vi y vencí, pues tuve la oportunidad de charlar brevemente con Nina y la suerte de que me firmase el ejemplar que compré allí mismo.

Un mes después, cuando el tiempo me sonrió por fin, pude tomar el libro entre mis manos, dejar de ojear esas ilustraciones que me absorvían, y perderme en un lugar donde la dinastía Nevothenien reina sin compasión alguna. El pueblo está sumido en la miseria y esto no parece importarles mucho a sus magestades... O eso parece.

Oritzen, un joven artesano, forma parte de la rebelión ante la monarquía junto a su mejor amigo Irfend. Parece muy dispuesto a la lucha, pero desde un primer momento da la sensación de que Oritzen no comparte al 100% las permisas de los rebeldes, él es un joven lleno de paz, con un don especial para todas las artes -inlcuyendo el arte de la guerra, a mí parecer.-

Sin saber porqué, Ori se ve en medio de una absorvente madeja que va  creciendo y creciendo con cada puntada que da la autora en su historia.  Empezando por Nerien Nevothenien -sobrina de el sumo monarca-, seguida por el tío de esta Edner Nevothenien, sus consejeros, el duque, la proposición ante un diamante, los rebeldes, el herrero y la liebre ciega a la que dejará vivir.... Una madeja que no tiene fin, literalmente, pues este es el libro I de una historia que debe ser narrada en dos partes

Es evidente que es una historia original desde mi punto de vista, dado que no suelo leer fantasía épica, pero también lo será por parte de sus fieles lectores, pues aquí no tienen lugar esos seres fantásticos que pueblan todas las historias. Aquí el protagonista es un chico normal que se verá envuelto en una serie de sin sabores que, sin dudarlo, aprenderá a manejar. Desde mi punto de vista, lo más destacable del libro -lo que más me ha gustado- es que en estas relaciones humanas de mentiras, leyes e imposiciones, nada es lo que parece. 

Es inevitable encontrar algo negativo allá donde se mira y por cuestiones meramente personales, debo añadir que la serie de nombres -originales y llamativos- me resultó algo cargante -Nerien, Lothir, Edner, Irfend, Oritzen...- Me parecían adecuados y musicales, pero los sonidos son tan similares que llegaron a crearme cierta confusión.

Lo más relevante es que es un historia verosímil aunque no sea verídica, es una historia ejemplar de un mundo que pudo ser en un tiempo que dejó una huella muy profunda en el inconsciente colectivo.

A través de la narración, la autora nos cuenta la historia que engloba a esos personajes con sus cómos y sus porqués. A través de los diálogos, la autora nos descubre todas los secretos que los personajes ocultan.A través de las ilustraciones, la autora nos acerca a un mundo irreal donde todo es tal y como lo conocemos y eso, precisamente eso, es lo mejor de todo. No se trata de un simple paralelismo de una realidad con otra posible realidad, sino de un perfecto ejemplo de una posible historia dentro de nuestra verdad.

Irfend, mi personaje favorito.

Creo que es una historia de la que se pueden hacer muchas lecturas, pero yo como siempre me quedo con la más simple -principio de parsimonia- , lo mejor ha sido disfrutar de lo lindo con esta lectura.