Con destino, pero sin rumbo

¿Alguna vez has tenido clara la dirección hacia la que debe dirigirse tu vida, pero te sientes incapaz de encontrar el camino que lleva a ella?


Estás en un punto intermedio, llamado "A continuación...", entre cientos de senderos, unos más peligrosos que otros, y te decides a explorar empezando, por supuesto, por aquellos que te producen menos pavor. Caminas en una dirección y encuentras árboles caídos a mitad del camino, mala idea. Así que vuelves al punto de partida y cambias de rumbo. Pero, la cueva de unos lobos salvajes te hace retroceder sobre tus pasos. 

Entonces te paras y reflexionas. "Vamos a ver", piensas, "Si otras personas han conseguido llegar a al punto que yo deseo sin despeñarse ni ser devoradas, es que habrá caminos mejores".

Y vuelves a intentarlo. Sin embargo, para esta ocasión, el destino te tiene reservado un campo de amapolas cuyo aroma te sumirá en un profundo sueño que, no solo te impide avanzar, sino que retrasará tu regreso al origen.

Semanas después, intentas regresar. En tu vuelta escuchas unos pasos, una pareja de amigos que acaba de llegar a "A continuación..." te saluda como si tal cosa mientras sacan una brújula antes de tomar su camino. Te palpas todo el cuerpo con ansiedad, como si hubieras perdido el móvil, intentando hallar la tuya hasta dónde no tienes bolsillos; pero no está...

¿Cómo coño vas a decidir qué camino tomar sin brújula? Te han hecho daño, te han mordido el culo y los días aletargada te han hecho perder demasiado tiempo. Esta vez no vas a arriesgarte. Así que, justo en el centro de "A continuación..." miras hacia el horizonte y te centras en el inmenso océano.

Te acercas, con sigilo (no vaya a haber más lobos), al puerto donde no ves trasatlánticos con piscinas en cubierta ni humildes barcas de pescadores, tan solo buques piratas. Al fijar un poco más la vista, te das cuenta de que esas personas con la piel dorada y curtida por la brisa marina, no es tan sucia y dejada como narraban los cuentos. Tanto hombres como mujeres parecen rudos, pero solo porque en sus miradas hay demasiada historia. Tú también tienes la tuya, pero sabes qué ni de esas conseguirías estrechar lazos con ninguno de ellos. A esos buques no se va a hacer amigos. 

Son piratas, conocen su destino, pero no saben lo qué les deparara el mar hasta alcanzarlo. Y algo en su expresión te hace saber que no les importa. Tienen la suficiente experiencia como para no fiarse de nada más que de lo impredecible.

Sientes que te han engañado. En algún punto del camino que te llevó a "A continuación..." alguien te robó la brújula mientras te indicaba mal el camino. Alguien te dijo que debías caminar hacia ese punto de transición, como hacía todoelmundo, y tú te fiaste de ese alguien. Pero hoy tienes claro que te engañó porque tú no eres como ese todoelmundo, tú eres un pirata.

Puede que una parte de ti envidie a todoelmundo, pero sabes que algún día, cuando descubras esa cueva plagada de oro en medio de jodido caribe, todoelmundo te envidiará a ti.

21 de Marzo de 2016
FELIZ LUNES PIRATA

4 comentarios:

  1. Yo no creo en el camino de todo el mundo; cada cual tenemos el nuestro.
    Es así de sencillo.
    Decir lo contrario es un invento de la sociedad.
    Con brújula o sin ella, llegarás a donde tú te propongas :)

    Un abrazo enorme.

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    1. En otras ocasiones me ha ocurrido que, cuando llego a dónde creía que quería llegar, resulta que no es tan bueno como imaginaba... Así que intento pensar en eso y no estresarme de más (aunque tampoco de menos que nunca va mal). Gracias por comentar, Ana.

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  2. El camino no se marca solo con brújulas, sino con un pasito tras otro, sin importar la dirección. El mejor camino se hace con el corazón y esa es la mejor brújula que puedas tener, así que no pienses en lo que hace todo el mundo, en lo que tiene el resto del mundo, y piensa en lo que quieres tú, sé feliz con ello. Sé que es díficil de llevar, cuando quieres algo y no lo encuentras, pero de verdad, intenta buscar tu propia orilla a la que llegar!!
    Un besazooo

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    1. He decidido en embarcarme en una aventura pirata, no por lo de ilegal sino por lo de ir en búsqueda de tesoros a los que el resto del mundo ni se atrevería a imaginar. Y desde entonces, sin brújula y paso a paso, como bien dices, sé que al menos estaré más tranquila.

      Me ha encantado el consejo, muchas gracias por regalármelo :)

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